Ni es tu Casa ni es la Mía, ni es tu Tierra ni la de Otros. No es cuestión de que sea tuyo ó mío, pero lo que sí está claro es que «No tenemos derecho a infringir maltrato a nada ni a nadie». Puedo entender tradiciones y costumbres de nuestros ancestros, pero a estas alturas y sin ánimo de molestar a nadie, ya deberíamos cambiar. Las cosas son normales y habituales hasta que nos planteamos si de verdad debemos seguir adelante, si de verdad es necesario. Entonces, directamente las cambiamos y cuanto antes lo hagamos, antes pasará el tiempo y llegará el momento en que nos preguntemos si realmente eso era necesario y porqué no dejamos de hacerlo antes. Puedo, como decía, llegar a entender ciertas tradiciones, porque en el fondo venimos de los primeros pobladores de la Tierra y en tiempos tuvimos que hacer barbaridades para subsistir todos sin excepción y el que no lo hizo se vió definitivamente abocado a la desaparición. Pero hoy día (cada vez menos) esas costumbres primitivas ya han desaparecido en su gran mayoría, sobre todo porque ya no se trata de la supervivencia de la especie. Por éllo, debemos verlo, bajo mi punto de vista, como una señal de evolución; lo que en tiempo fué normal, actualmente tenemos capacidad para entender que ya no lo es y además tampoco lo necesitamos. ¿Porqué hemos de aferrarnos a “viejas tradiciones” por el mero hecho de que pertenezcan a nuestra historia? En élla existen cosas vivas y otras muertas, no por éllo hemos de olvidarlas o borrarlas. Continuarán ahí, pero como parte de otros tiempos, pero algunas de éllas, cuanto antes desaparezcan mejor, porque antes nos preguntaremos, ¿Porqué las hacíamos? ¿Qué sentido tenían? Olvídemos por un momento el sentimiento de protección que nos puede abordar, por el hecho de pertenecer a comunidades, países o familias distintas y miremos el asunto solo desde el punto de vista global y racional y no desde el primitivo y tradicional. ¿Algunas de estas imágenes te parecen normales?
Decididamente, No. Pero por la simple razón de que a nadie en su sano juicio, pueden parecerle agradables, casi ni para hacer una broma. Por éllo, amigo y amiga, hoy debemos «romper» una y mil lanzas, una y mil banderillas, una y mil antorchas, puyas, dardos… en favor de los animales, de la vida y del sentido común y solo así, probablemente algunos de nosotros, algún día nos haremos la pregunta de ¿Porqué lo hacíamos? Solo piénsalo por un momento y luego …
¡¡Que tengas un buen día!!
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